27 de febrero de 2016

Diario Nóos. Don Ignacio Urdangarin, suba al estrado

Se agitó nervioso desde el inicio de la sesión, en la que su socio, DiegoTorres seguía con su clase magistral de 'escaqueamiento' judicial. Ni encontraba su sitio en la silla, ni sabía ya qué hacer con unas manos sudorosas. Modo gafas on. Modo gafas off.
Había un límite, la una de la tarde. Si Torres se prolongaba, Urdangarin tendría que volver a casa con un respiro de un largo fin de semana por medio. Y como en un coitus interruptus, cuando González Peeters interrumpió cinco minutos la sesión para jugar la bola del pacto de no agresión, y "sorprendió" al decir "no tengo más preguntas, Señoría", Urdangarin se levantó dispuesto a enfilar la cuesta  más empinada. La jueza le paró, aún había que resolver una duda con Torres, otra presunta contradicción. Y Urdangarin, volvió a la silla para dejar en ella la poca seguridad que había logrado reunir.
Apenas fueron unos minutos, porque en seguida le llamaron al estrado, pero para entonces, el exduque ya era una madeja de nervios. 13:08 minutos de la tarde. Ante él, el fiscal Horrach, -el hombre que pide que ingrese en prisión por 19 años- le preguntó, primero, por un mail que le dejó perplejo. En ese correo electrónico se dirige a su esposa como 'KID'. ¿Está hablando en clave?, inquirió el fiscal"No hablo en clave, es una manera cariñosa de dirigirnos el uno al otro". Y, segundo, por un correo a Carlos García Revenga para que le entregara una copia de una carta que dirigía al COI, a la Infanta Cristina. ¿Hay algo oculto en este mail?, preguntó Horrach. "No hay nada oculto, al revés". La cara de Virginia López Negrete era un poema. Y la de la jueza Samantha Romero también que, antes de ser consciente de que el mensaje de Horrach iba dirigido fundamentalmente a ella, sólo acertó a decir que era "la primera vez que veía que una acusación arremetiese contra otra".
Horrach se desahogó, puso de manifiesto que, en el momento en que todos los ojos iban a estar pendientes de él, su primer latigazo iba a ser para quienes permitieron, con dudoso criterio, incorporar a la sesión preguntas de Manos Limpias que no procedían sobre temas por los que no se juzga a la Infanta. Y lo hizo siendo muy consciente de que, desde fuera, una vez más, los medios sólo serían capaces de interpretar ese gesto como un capote a la Infanta.

La ignorancia de Don Iñaki

No es la primera vez que al exduque le invaden la ignorancia y el desconocimiento. Ante el juez instructor ya  justificó su actuación en Instituto Nóos como la de aquél que sólo pasaba por allí, que poco pinchaba y que delegaba el papeleo en el resto. Con la diferencia de que entonces, ante José Castro, a quien señaló fue a Diego Torres y ahora, ante Samantha Romero, mira hacia el ausente Miguel Tejeiro. "Yo de eso no entiendo", "no sé", "yo salí de allí así,como vengo, sin papeles" o "ahora me he encontrado con esto", fueron algunas de sus frases ensayadas para sacudirse de los (trabajadores) fantasmas. Es su jugada, en la que, incluso, se atreve a imputar falsificación de su firma a quien se encargaba de elaborar presupuestos. A ver cómo defiende luego ese asunto.
La partida pasa, en este tiempo de descuento, por jugar en el mismo equipo que Diego Torres. Otra vez. El dinero les juntó, luego separó y la sombra de los barrotes, les ha unido de nuevo.

Dicen que no hay pacto, puede que tengan razón, pero lo que nadie duda a estas alturas es que los dos han entendido que juntos podrán rascar algo más que librando la batalla por separado.

Aquellos maravillosos (y baleares) años

La traca final de la maratoniana declaración de Diego Torres dejó momentos para el anecdotario. En el interrogatorio de su defensa, se exhibieron un par de vídeos. Uno de ellos, casi obscenamente lacrimógeno, pretendía justificar el trabajo en la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social. Niños enfermos, en riesgo de exclusión social o con otro tipo de problemas, disfrutando en un yate gracias a la fundación de Torres y Urdangarin. Faltó el detalle que aportan las investigaciones, que esa Fundación de altruista tenía más bien poco y que se ideó para que el exduque y su socio pudieran seguir haciendo negocios con las administraciones públicas, sin que figuraran "en apariencia" sus nombres.
Otro de los vídeos que se visionó fue el del Illes Balears Fórum en el que intervino Juan Antonio Samaranch. Con esas imágenes y un discurso de alabanza a los organizadores del evento, quería demostrar Torres que no vendieron humo sino knowledge, strategic management y todas esas palabras rimbombantes en inglés con las que le gustaba a Torres colocar los pufos. En él aparecían unos jovencísimos Jaume Matas, Diego Torres e Iñaki Urdangarin, cuando este aún no peinaba canas y su cara no acusaba los golpes de la justicia. En un receso, se acercó el expresident balear al exduque de Palma y le dijo:

-Señor, ¡qué jóvenes estábamos entonces!

Iñaki Urdangarin sonrió y respondió con algo que no puede ser más cierto:

-¿Ha visto lo importante que es poner las cosas en su contexto? Ahora parece otra cosa, pero entonces no era así.

Ahora parece, exactamente, que el contexto ha devorado a Iñaki Urdangarin y se relame ante la llegada de la esposa.



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